El Refugio del Ser nace del deseo genuino de tener un lugar donde descansar, un espacio donde dejar caer la imagen para respirar libre de la coraza del carácter que oprime y aburre, soltar las respuestas mecánicas con las que habitualmente respondemos ante las demandas de la vida… Un lugar donde sanar… un lugar para jugar… un lugar para respirar el tiempo y habitar la vida…

Este lugar se dibujó primero en mi anhelo ante el cáncer que le diagnosticaron a mi padre y cuando terminó los ciclos de quimio que le dejaron debilitado y sin fuerza, intuitivamente arrancamos veloces para Cantabria, la tierra donde se crió y dónde desde pequeña he pasado mis vacaciones escolares. Ese lugar que es atemporal, el pajar donde jugué, donde soñé, donde la imaginación me permitió creer para crear… todo eso sigue conmigo… y cuando vi cómo en menos de dos semanas mi padre empezó a recuperar el apetito, su piel volvía a estar viva, su pelo volvió a salir…la vida volvía a manifestarse a través de su cuerpo… Ahí fue cuando lo vi claro… el verde cura, el silencio sana, la comida casera nutre… Aquí en el corazón de Cantabria la vida palpita generosa y si había ayudado a mi padre a recuperar las ganas de vivir, cuánto mas no iba a hacer por todas las personas que se acercaran a buscar refugio y a sanar los distintos dolores con los que cada uno vamos lidiando a nuestro paso por la vida…